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Todo comenzó con el robo de un celular a una joven que caminaba junto a sus amigas. Intentaron seguir al presunto ladrón pero terminaron acusando a un repartidor de comida que nada tenía que ver. El joven denunció abuso de autoridad y maltrato.
Un grupo de amigos estaba reunido en una vivienda sobre calle Sucre, cuando intempestivamente llegaron patrulleros policiales y una persona acusaba a uno de ellos de haberle robado un celular momentos antes. Entre gritos e insultos todo se descontroló y los efectivos en vez de apaciguar la situación contribuyeron a que todo se fuera de las manos.
Uno de los jóvenes fue detenido a la fuerza y trasladado a la Comisaría Segunda donde se comprobó que no tenía absolutamente nada que ver y lo liberaron horas después.
Había sido señalado como el autor del robo, pero según explicó él y sus amigos lo confundieron con el ladrón que les había robado el celular y que circulaba en una moto.
Al defenderse de los insultos que le propinaban “lo tomaron a la fuerza, le doblaron los brazos y lo tiraron al piso”, indicó uno de los testigos.
“Estos son los nuevos mal enseñados del Estado. Mal procedimiento policial. Todo el repudio a la Policía… asco”. Además mencionó que todo estuvo “fuera de control” y hubo “abuso de autoridad y maltrato”, escribió otro de los jóvenes que compartió imágenes a Facebook.