A UNA SEMANA DE LA ELECCIÓN EN SAN LUIS: LAS CLAVES DE LA LECTURA DE LOS MEDIOS NACIONALES
San Luis se encamina a una elección legislativa clave. El gobernador Claudio Poggi busca afianzar su poder para avanzar en reformas estructurales. La fragmentación del peronismo local. Una oposición sin sello libertario oficial mientras el Gobierno Nacional observa desde lejos, sin candidatos propios ni respaldo explícito a las listas locales. ¿Estrategia o desentendimiento?.

- Por Redacción --
- Domingo, 04 Mayo, 2025
El próximo domingo, San Luis celebrará elecciones legislativas que, si bien se limitan al plano provincial, ofrecen una lectura clave sobre el reacomodamiento político en tiempos de Javier Milei.
En un escenario atravesado por las tensiones locales entre Claudio Poggi y el peronismo fragmentado, la Casa Rosada ha optado por una estrategia de prudente alejamiento: La Libertad Avanza no presenta listas propias, a pesar del contundente respaldo que recibió Milei en el balotaje de 2023.
La elección es, sobre todo, una apuesta del gobernador Poggi por consolidar el control legislativo que le permita avanzar con su agenda de reformas. “Busca revalidar su gestión en la Legislatura para poder encarar los cambios que considera necesarios”, señaló Infobae en su cobertura del 3 de mayo, destacando también que la coalición oficialista —Ahora San Luis— se apoya en una alianza amplia que incluye al PRO, sectores del radicalismo y otros partidos provinciales. La lista de diputados por Pueyrredón es liderada por el actual intendente de Juana Koslay, Jorge «Toti» Videla.
El peronismo, por su parte, llega dividido en al menos tres frentes. El núcleo histórico encabezado por Alberto Rodríguez Saá postula a Silvia Sosa Araujo y al ex jefe de Policía, Darío Neira –una controvertida figura pública tras el caso de la desaparicición de la nena Guadalupe Belén Lucero– pero compite con otras listas del mismo signo político. “La interna del PJ provincial fue tan feroz que hay tres listas peronistas enfrentadas en los comicios”, puntualizó Página/12 en su artículo del 2 de mayo, marcando la descomposición del histórico dominio justicialista en la provincia. Los otros frentes peronistas son liderados por el ex intendente de San Luis, Enrique Ponce y el líder de ATE, Fernando Gatica.
Pero lo más llamativo para el tablero nacional es el rol marginal de La Libertad Avanza, que no participa oficialmente por no estar constituida como partido local. El dato no es menor si se considera que Milei arrasó con el 70% de los votos en el balotaje. Pese a ello, el Gobierno Nacional eligió no jugar fuerte. “El oficialismo nacional optó por despegarse de la elección y no apoyar a ninguna lista libertaria en la provincia”, consignó Clarín el 4 de mayo, subrayando una tendencia que se repite en otras provincias: la cautela para involucrarse en escenarios sin control directo.
El caso puntano muestra los límites de la expansión libertaria más allá del fenómeno presidencial. La ausencia de una estructura consolidada en el interior, sumada a la renuencia de la Casa Rosada a apoyar dirigentes ajenos a su círculo más cercano, convierte estas elecciones en una foto incómoda para el oficialismo. El silencio de Milei y su entorno contrasta con la centralidad que tuvo la figura presidencial en elecciones anteriores, como las de Chubut o Córdoba.
Más allá de sus consecuencias locales, los comicios en San Luis actúan como un laboratorio: muestran cómo la nueva configuración del poder nacional prefiere mantener una prudente distancia del barro político territorial, aunque eso signifique ceder protagonismo. En tiempos de hiperpersonalismo presidencial, la estrategia del repliegue puede ser tanto una muestra de debilidad como de cálculo frío de cara a las elecciones de octubre.