El diputado nacional Carlos D’Alessandro vuelve a quedar en el centro de la escena política, y esta vez no por sus proyectos legislativos, sino por sus vínculos cada vez más evidentes con el kirchnerismo. Aunque durante los últimos años intentó mostrarse como un dirigente libertario, críticos aseguran que en realidad siempre fue un “kirchnerista disfrazado”.

En los últimos días, el legislador abrazó públicamente a dos referentes del peronismo alineado con Cristina Fernández de Kirchner: el exgobernador puntano Alberto Rodríguez Saá y el actual gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela. Ambos dirigentes se han mostrado como férreos defensores de la expresidenta, incluso luego de la condena judicial que la tuvo como protagonista.

La foto política no pasó desapercibida y alimentó las sospechas sobre la verdadera orientación de D’Alessandro. Para algunos analistas, su supuesta impronta libertaria no sería más que una estrategia discursiva, mientras que en los hechos sus alianzas lo ubican en el corazón del kirchnerismo más duro.

En tiempos de realineamientos y tensiones dentro de la oposición, la figura de D’Alessandro expone las dificultades de ciertos dirigentes para sostener un posicionamiento claro. Lo cierto es que, lejos de los principios liberales que alguna vez enarboló, hoy se muestra cómodo entre los gobernadores y referentes que han salido a defender a capa y espada a Cristina Fernández de Kirchner.