LA JUEZA DEL SUPERIOR TRIBUNAL MONTE RISO JUEGA A SENTIRSE IMPUNE
Mientras se debate la suspensión de la feria judicial para mejorar la eficiencia de la Justicia, publica una imagen celebrando su descanso invernal con tono burlón.

- Por Redacción --
- Lunes, 07 Julio, 2025
En tiempos en que la Justicia está bajo la lupa de la sociedad, que una integrante del Superior Tribunal de Justicia de San Luis publique en redes sociales una imagen celebrando con emojis y dibujos infantiles su entrada en modo vacaciones – pagadas por la sociedad de San Luis- no es un detalle menor.
Carolina Monte Riso, jueza del máximo órgano judicial de la provincia, compartió una imagen que parece sacada de un cuaderno escolar: un pingüino con gorro de lana, palabras como “diversión”, “dormir” y “salidas”, y un título concluyente: “Modo vacaciones”.
El gesto no sería grave si no estuviéramos inmersos en un debate institucional que incluye la discusión sobre la conveniencia de una eventual suspensión de la feria judicial de invierno, propuesta por el Poder Ejecutivo para agilizar los tiempos de resolución de causas y reducir el notorio retraso de expedientes en los tribunales provinciales.
En ese contexto, la publicación de Monte Riso no puede leerse sino como una provocación. O, peor aún, como una expresión de desprecio por una discusión que atañe directamente a su función pública.
A la dimensión institucional se le suma la personal: la magistrada está casada con Miguel “Micki” Berardo, ex secretario de Gobierno de la gestión de Alberto Rodríguez Saá, actualmente denunciado e investigado por hechos de corrupción. La imagen del descanso pagado por la sociedad no hace más que sumar bronca desde la provocación hacia una sociedad que reclama transparencia, justicia y responsabilidad.
Lo preocupante no es solo la burla implícita, sino el tono infantil con el que se expresa una de las máximas autoridades del Poder Judicial. Porque lo que está en juego es más que un receso: también allí se juega la credibilidad de las instituciones y la percepción que la ciudadanía tiene sobre quienes deben impartir justicia.
Su desdén invita a reflexionar sobre su grado de madurez democrática para ejercer semejante responsabilidad como integrante del Superior Tribunal de Justicia. Monte Riso parece habitar un mundo paralelo, acostumbrada a la impunidad. En palabras sencillas: no le ha caído la ficha de lo que pasó en San Luis.